martes, 8 de mayo de 2012

PARIS, LA CIUDAD DE LA LUZ


París, una de las ciudades más bellas del mundo, la más visitada, y probablemente la más romántica de las que pueblan el planeta, hace honor a su fama y no defrauda a nadie que acude a visitarla, sino que más bien, a la hora de partir el viajero siente tener que partir, y lamente no disponer de más tiempo (o dinero) para volver en seguida o quedarse más tiempo en una ciudad mágica, con un encanto especial que se percibe en cada esquina, cada plaza, o simplemente en cada uno de sus cafés.
A diferencia de otras grandes ciudades europeas, París no tiene un "centro" definido alrededor del cual se expande la ciudad, más bien todo París es "centro", y esto es debido a que París no ha ido absorbiendo las pequeñas ciudades que se encontraban a sus afueras, sino que estas han mantenido su independencia administrativa pese a que el límite entre una de estas pequeñas ciudades y la gran ciudad de París es tan solo un paso de peatones.
El sobrenombre de "Ciudad de la Luz" se debe a que Paris fue la primera ciudad en dotar a sus calles y edificios importantes de luz eléctrica, lo que causó admiración en todo el mundo.

MUSEOS DE PARÍS


Sin duda el Louvre es la joya de la corona de los museos parisinos, un lugar donde se pueden pasar días enteros descubriendo y admirando maravillosos lienzos, esculturas u objetos herencia de civilizaciones pasadas. Si la idea es simplemente "ver lo principal" por falta de tiempo, el visitante lo tendrá difícil para elegir qué es "lo principal", aunque desde luego imprescindibles deben ser sin duda la visita a La Gioconda o Mona Lisa, la contemplación de la Batalla de Samotracia y el Código de Hammurabi si se quere ver al menos una muestra de pintura, escultura y de elemento histórico de gran influencia para la historia de la humanidad. 

LA TORRE EIFFEL


Ninguno de los que visitan la Torre Eiffel de París ignoran lo que se van a encontrar, ya que a buen seguro el 100 % de los millones de visitantes que París recibe cada año la han visto antes, bien en cualquier documental o película, bien en fotografía o postal,  lo que no quita para que quien la ve por primera vez en persona quede realmente impresionado y maravillado por la inmensidad de la Torre Eiffel, inmensidad que va aumentando hasta que nos situamos bajo sus pies, y intentamos hacernos una idea de como es posible que el ser humano haya podido construir semejante maravilla.
Visitada cada año por más de 6 millones de visitantes, la Torre Eiffel es el símbolo de París, su imagen más internacional y un orgullo para la ciudad, algo impensable hace más de cien años, cuando la torre se estaba construyendo pese a la fuerte oposición de los intelectuales y los parisinos de la calle.

SUBIR A LA TORRE EIFFEL


Subir a la Torre Eiffel es algo obligado, algo que todo aquel que visita París debe hacer, ya que si no se sube es casi como si no se hubiese estado allí.
Para subir tenemos diferentes opciones, todas ellas previo pago por caja, por supuesto. Los más deportistas podrán utilizar las escaleras (1665 escalones ni más ni menos), y para los demás (la mayoría) existen ascensores que nos podrán dejar bien en el primer, o bien en el segundo piso, una opción muy poco recomendable para aquellos que padezcan de vértigo, especialmente si corre algo de viento. En las dos alturas donde se puede subir existen diferentes tiendas de recuerdos, además de dos restaurantes de lujo. Decir también que existe un tercer piso aún más arriba, con una vista aún mejor (lógicamente), pero que poca gente se atreve a ver, ya que es la parte alta de la Torre Eiffel.

EL ARCO DE TRIUNFO


El Arco del Triunfo es, después de la Torre Eiffel, el monumento más representativo de la ciudad de París, y al igual que la Torre, impresiona bastante más al verlo en realidad que al verlo en una fotografía.
El Arco está situado en la Plaza de la Estrella, Place de l´étoile, punto de partida de varias avenidas importantes de París, entre ellas la más célebre de la ciudad y quizás también la más célebre del mundo, la avenida de los Campos Elíseos.
La avenida es un lugar siempre concurrido y abarrotado de gente, y es el lugar favorito de los parisinos para comprar, ir al cine o tomar algo en una de sus terrazas, siempre completas de turistas. Aquí está el famoso Lido de París, un gran número de cines y un sinfín de galerías comerciales, restaurantes y hoteles.

PLATILLOS TIPICOS DE PARíS

Las especialidades francesas son:
El pote al fuego (carne de buey, puerros, zanahorias, cocinados en un caldo) a probar con pepinillos y mostaza. La chuleta tártara, de carne de buey tajada que se come vendimia con condimentos cebollas, yema de huevo de huevo, y ketchup, pepinillos, mostaza, salsa Worcestershire.) Algunos piden a cocinar la chuleta, servido con patatas fritas y todas las carnes de buey asado.



Los quesos: Francia tiene tantas variedades de queso que se le dice, que un francés puede comer un diferente queso los 365 días del año.


Los postres: tarta al limón, pasta rota con el zumo de limón y cáscaras de limón mezcladas al azúcar y huevos.

La mejor época para visitar la ciudad es, sin duda, la famosa primavera de París, entre abril y junio, cuando los días son soleados y no hace un calor excesivo. El otoño y el invierno también son apropiados, sobre todo porque hay menos turistas. Aunque, en realidad, cualquier momento del año es idóneo para visitar una de las mejores ciudades del mundo.

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1 comentarios:

Creo que lo único que agregaría a la información señalada seria poner los mejores hoteles de paris para saber que puede alquilar uno y donde puede alojarse en esa maravillosa ciudad

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